Correr incluso una media maratón conlleva riesgos para la salud, sobre todo en personas sin entrenamiento, con más de 40 años o que presenten factores de riesgo cardiovascular
Cada vez es más frecuente la celebración de maratones populares, a los que se apuntan no solo deportistas experimentados, sino también aficionados de todas las edades y con distintas condiciones físicas.
¿A qué riesgos nos enfrentamos cuando decidimos correr una maratón?
Según un estudio reciente de la Universidad Johns Hopkins de Medicina en Baltimore, a pesar de que cientos de miles de personas acaban realmente exhaustas tras un maratón de 42 km, si comparamos resultados con los obtenidos en la década anterior, el riesgo de un corredor de morir durante o poco después de la carrera se ha mantenido muy bajo, cerca de 0,75 por 100.000 habitantes.
Por otro lado, existen grandes beneficios para nuestra salud claramente asociados al «running«. Hacer ejercicio mejora el humor y la autoestima, ayuda a dormir mejor y libera el estrés acumulado.
El citado estudio investigó sobre 28 personas murieron durante o en las 24 horas siguientes al maratón, siendo hombres la mayoría de ellos. La mitad de los fallecidos eran mayores de 45 años, y de esa mitad, todos excepto uno falleció por una enfermedad cardíaca. En el caso de los corredores más jóvenes, las causas de muerte fueron muy variadas, desde una arritmia cardiaca a una hiponatremia, causada por beber excesivas cantidades de agua.
Numerosos estudios han relacionado el ejercicio regular con una mejor salud física y mental, y con una mayor longevidad. Del mismo modo, los corredores de fondo, se han asociado con una disminución de los riesgos de hipertensión, colesterol y diabetes.
No obstante, no hay que olvidar que el correr un maratón no está libre de riesgo.
Correr un maratón de 42 km o incluso una media maratón conlleva riesgos para la salud sobre todo en personas sin entrenamiento, aquellas con más de 40 años o que presenten factores de riesgo cardiovascular.
Con frecuencia, las lesiones más comunes entre los maratonianos son el resultado de entrenar en exceso o de aumentar la distancia demasiado rápido. Los dolores en las piernas, las rodillas y la cadera, roturas fibrilares y lasfracturas por sobrecarga son las lesiones más comunes.
Si queremos correr un maratón y reducir los riesgos existentes, es indispensable respetar ciertas reglas antes de lanzarnos a la acción:
– Es muy recomendable hacerse un electrocardiograma.
– La prueba de esfuerzo es necesaria en personas de más de 40 años, para poder detectar anomalías cardiacas.
– El ejercicio se debe practicar con regularidad para que sea efectivo, y se puede intensificar progresivamente según la capacidad y resistencia de cada persona. Es aconsejable realizar 4 sesiones de entrenamiento por semana durante 3 o 4 meses antes de correr un maratón.
– Hidratarse adecuadamente durante el maratón con el fin de evitar problemas cardíacos. Se recomienda beber pequeños sorbos de agua cada 15 o 20 minutos a lo largo del maratón. El riesgo de deshidratación es mayor al correr durante temperaturas elevadas, lo que aumenta el riesgo de un paro cardíaco.
– Variar la velocidad durante el maratón con el fin de mantener un ritmo cardíaco más lento.
– El mismo día de la competición es conveniente calentar con carreras suaves y breves (de unos 5-10 minutos), y realizar movimientos articulares de las extremidades y estiramientos.
– Es muy importante estar alerta durante la carrera a cualquier signo que nos indique que nos estamos esforzando más de la cuenta. Si se sienten mareos, fatiga excesiva, o un dolor fuerte, es mejor que nos retiremos antes que sufrir un percance serio.
– Finalmente, al terminar la competición se debe permanecer activo y realizar estiramientos controlados para que los músculos no se lesionen, evitaremos contracturas, y favoreceremos la recuperación del equilibrio metabólico.
Dr. Enrique Galindo Martens